Ahora le toca el turno al compositor checo Leos Janacek.
Compositor checo, el más importante de su país a comienzos del siglo XX. Su estilo se basa en la música folclórica de Moravia. Nació en Hukvaldy (Moravia del Norte) y de niño formó parte del coro de un monasterio de Brünn (hoy día Brno). Más tarde, estudió en San Petersburgo, Leipzig, Praga y Viena. Admirador de Antonín Dvorák; entre 1881 y 1888 fue director del la Filarmónica Checa. Asimismo fundó e impartió clases en la escuela de órgano de Brünn (1882-1920) y en el Conservatorio de Praga (1920-1925). Recogió muchas composiciones folclóricas y durante un breve periodo publicó una revista especializada. Consiguió reputación internacional con su ópera Jenufa (1904, revisada en 1916 y compuesta en un estilo vehemente y de gran fuerza dramática). Al igual que su Misa glagolítica (1926), está influida por los ritmos y acentos de la lengua morava. El lento desarrollo de su estilo personal, el hecho de padecer un amor no correspondido que le inspiró el Diario de un desaparecido y la aparición de un fuerte sentimiento nacionalista, en especial a partir de la proclamación de Checoslovaquia en 1918, suscitaron en él una desbordante capacidad creativa. Janácek realizó con el profesor František Bartos un importante trabajo de recopilación de canciones populares en Moravia pero su obra como compositor se retrasaba.
De hecho, sus obras más famosas las compuso durante los últimos diez años de su vida. Por esta razón se le considera un compositor del siglo XX, a pesar de que tenía cuarenta y siete años cuando comenzó el siglo. Durante este periodo compuso los dos cuartetos de cuerda, el primero inspirado por la Sonata a Kreutzer de Liev Tolstoi y el segundo llamado Páginas íntimas, el sexteto para viento Mladi, las obras orquestales Taras Bulba y Sinfonietta y 8 óperas: Šarka (1887), de orientación neorromantica sobre una leyenda nacional que ya había utilizado Bedrich Smetana en un poema sinfónico, Comienzo de romance (1894), Jenufa (1904), Las excursiones del señor Broucek a la luna y al siglo XV (1917), Katia Kabanova (1921), La zorrita astuta (1923) y El caso Makropoulos (1925) sobre un relato de Karel Capek y De la casa de los muertos (1928) inspirada en una obra de Fiódor Dostoievski. También Janácek fue autor de excelentes composiciones corales sobre textos extraídos de poemas de Petr Bezruc. Es muy importante su producción operística por lo que hoy día se le considera una de las figuras importantes de la música del siglo XX
(El poder de la palabra)