Siguiendo nuestro periplo por el siglo XX, llega a nosotros el compositor Giya Kancheli.
Giya Kancheli, nació en Tiflis, Georgia, el 10 de agosto de 1935. Su país, de antigua prosapia, es vecino del Mar Negro, de Azerbaiyán y del Cáucaso. Pero su presencia en la música de occidente está más próxima. Aunque Georgia adoptó la religión ortodoxa en el siglo IV, fue la presión de Rusia la que la incorporó al Imperio en 1801 y a la Unión Soviética después de 1917. Desde 1991 reconquistó su presencia como república independiente.
Su vida musical es también antigua y cambiante. Posee una muy rica tradición folclórica, compartida a veces con influencias de los países y culturas vecinas. El arte musical de occidente entró en Georgia en el siglo XIX, y basta decir que Tchaikovski y Rubinstein llegaron en gira allí. Existe una profunda raíz de música religiosa georgiana. Esta y la raíz folclórica se unieron en las primeras obras orquestales que los compositores georgianos comenzaron a hacer oír desde mediados del siglo XIX. Actualmente, hay unos cinco autores reconocidos en la vida musical de Occidente. Giya Kancheli es considerado el más importante.
De gran capacidad para crear atmósferas cargadas de un exaltado pathos y una desoladora turbación, de un discurso sonoro que se anula a si mismo en sus recurrencias, ahogos y extinciones, elaboradas como un lenguaje que aparece como póstuma y espectral herencia romántica.