Después de las zarzuelas "La tabernera del puerto"y "La verbena de la Paloma", "Doña Francisquita", de Amadeo Vives.
A continuación coloco unos estupendos comentarios debidos a Diego Emilio Fernández Álvarez
El compositor
Amadeo Vives nació en Collbató (Barcelona) el 18 de noviembre de 1871 y murió en Madrid el 2 de diciembre de 1932. De niño estuvo internado en el Asilo de San Juan de Dios de Barcelona que le generó pésimos recuerdos pero que le dio la posibilidad de su primer contacto serio con la música en 1886: la Dirección de la Banda del Asilo de la misma orden en Málaga (donde un hermano suyo era sacerdote). Luego vuelve a Barcelona, pasando por una etapa en Toledo y componiendo en 1886 una sinfonía. En 1891 funda con Luis Millet el Orfeo Catalá y estrena diversas composiciones, destacando en 1894 L'Emigrant, en esos tiempos tuvo determinada relación personal y musical con el catalanismo. En 1897 marcha a Madrid compaginando su actividad principal de compositor de zarzuelas (salvo su ópera Arthus de 1897 y las Canciones Epigramáticas de 1915), con la de empresario de los Teatros de la Zarzuela, Cómico y Eslava, aventuras que algunas veces le depararon desastres económicos que no le conturbaron el ánimo. Resultando imposible relacionar sus obras, me limito a detallar las más significativas,: DON LUCAS DEL CIGARRAL (1899), LA BALADA DE LA LUZ (1900), BOHEMIOS y EL HUSAR DE LA GUARDIA (1904), LA GATITA BLANCA (1905), JUEGOS MALABARES (1910), LA GENERALA (1912), MARUXA (1914) DOÑA FRANCISQUITA (1923), LA VILLANA (1927) y LOS FLAMENCOS (1928), algunas de ellas en colaboración con Gerónimo Giménez, al que precisamente Vives bautizó con el apelativo de “el músico del garbo”. Estamos ante uno de los compositores más grandes de la zarzuela de todos los tiempos, con una formación intelectual y musical de primerísimo nivel, y que a los efectos “zarzueleros” que interesa a los aficionados constituye además una personalidad con criterios tan importantes que merecen un análisis más completo de sus opiniones, que dejo para otra ocasión.
La obra
Doña Francisquita, se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid el 17 de octubre de 1923, interpretando los principales papeles Mary Isaura en Francisquita , Cora Raga en Aurora “La Beltrana”, Felisa Lázaro en Doña Francisca, Juan de Casenave en Fernando, Antonio Palacios en Cardona y Ricardo Güell en Don Matías. Esta denominada comedia lírica en tres actos está basada en “La discreta enamorada” de Lope de Vega que a su vez se inspiró en un cuento del Decamerón, la narración tercera de la jornada tercera, en que Pampinea fue el “precedente” de Francisquita, el fraile el de Don Matías y el caballero el de Fernando. La acción se retrasa dos siglos respecto a la contemplada por Lope, con lo que, además, queda salpicada del madrileñismo cantado por Galdós y por Mesonero Romanos. En la gestación de la obra tal y como hoy la conocemos abundan los sucedidos, empezando por la forma de componer de Vives que se anticipaba al libreto mediante lo que llamaban “el monstruo” que venía a ser una especie de “andamio” literario sobre el que el compositor escribía su música, andamio que luego era sustituido por el libretista, pues bien los primeros versos de la canción de la juventud (Canto alegre de la juventud que eres alma del viejo Madrid) formaban parte del “monstruo” pero con tan buen acierto que fueron respetados en el libreto definitivo. También se admite generalmente que el maestro recurrió al archivo municipal de Madrid para estudiar tonadillas que utilizó en su obra, siendo por ello acusado de plagio, sin más base que la ignorancia y la envidia. No faltó la peripecia física en forma de accidente que sufrió el maestro días antes del estreno y que obligó a que la instrumentación de algunos números la terminasen otros compositores, entre ellos Conrado del Campo, Turina y Pablo Luna quien se encargó nada menos que del “coro de románticos” impregnándolo quizás de lo que Vives denominó “música rubia” a la realizada por el aragonés. Queda por decir que antes de escoger el título se barajaron otros como Doña Manolita, Felipa y Felipita, Doña Mariquita….. Por último es preciso comentar que después del estreno, Vives suprimió un dúo de Francisquita y Francisca y por contra el dúo de Francisquita y Fernando “Le van a oír no sea usted imprudente” no figuró en la partitura hasta el estreno en Barcelona. El éxito fue apoteósico, inaudito, portentoso, repitiéndose muchos números, y Sol Burguete se hace eco de que el entusiasmado público llegaba a corear que “en España, sólo Vives y Belmonte”. Estadísticamente se cuenta de que en 20 años la obra se representó 5.210 veces, de las cuales 682 en Madrid y ¡896! en Barcelona. Este éxito no ha dejado de acompañarla en los 83 años de vida que ya tiene, aunque el veredicto del público y de la crítica convirtió en principal el papel pensado como secundario de Aurora la Beltrana en detrimento del de Francisquita, hasta tal punto que algunos de los autores consultados citan un artículo de Emilio Carrere en 1943 según el cual Vives pensó en suprimir el dúo de Aurora y Fernando para no restar protagonismo a Mary Isaura, por la especial relación que, al parecer, le unía a ella, conformándose al final con pedir a Cora Raga no repitiese el número pues “él había escrito un dúo y no un cuple”. En la senda de triunfos que esta obra ha proporcionado, además de Cora Raga, han destacado Emilio Vendrell: el mejor Fernando hasta 1956 en que comenzó la era Alfredo Kraus.
Sinopsis
Literariamente el argumento presenta la historia del amor de Francisquita por Fernando que ni lo nota, absorbido como está por una cómica: Aurora la Beltrana, que no le corresponde. Francisquita cortejada por el padre de Fernando se deja querer y lo alerta contra su hijo, logrando, de esta manera, interesarle. En realidad leyendo la canción del ruiseñor nos enteramos de todo, pues “la rosa que languidece de casto amor” es Francisquita, “el ruiseñor” es Fernando, “el zángano zumbador” es Don Matías y “la otra flor” es Aurora. Esta trama principal se desarrolla en un ambiente castizo que capta sensacionalmente el espíritu del pueblo de Madrid tal como lo entendió Vives cuya pretensión con esta obra fue “hacer una Verbena de la Paloma en tres actos”.
Indice de escenas
Musicalmente la obra se articula en tres actos y en los siguientes números:
Acto I: 1. Introducción y escena, “El lañador” que sirve para presentar a los principales personajes. 2. Trío, “Peno por un hombre, madre, que no me quiere”, en realidad un dúo de Francisquita y Fernando con intervención también de Cardona. 3. Cuarteto “De que te finges valiente”, casi un terceto entre Aurora, Fernando y Cardona. 4. Escena “Cuando un hombre se quiere casar”. 5. Canción de la juventud, con intervención primero de Cardona “Amigos oídme”, luego de Fernando, de gran dificultad y espectacularidad, “Gozad la primavera de vuestra vida” y finalmente de ellos y el coro “Canto alegre de la juventud”. 6. Trío que contiene la “Canción del Ruiseñor” piedra de toque para sopranos, con pasajes de coloratura. 7. Escena de carnaval que contiene los castizos sones de “Me ha dicho mi marido que no me vista” o “No vayas con careta porque repara” y el famoso “Soy madrileña” de la Beltrana.
Acto II: 8. Cofradía de la bulla, que comienza en ritmo de fandango “No sabes niño del alma” y sigue con un pasacalle “Alza Pilili”. 9. Dúo de Francisquita y Fernando “Le van o oír no sea usted imprudente”, apasionado. 10. Romanza de Fernando “Por el humo se sabe donde está el fuego”, cantado por la mayoría de los grandes tenores españoles. 11. Dúo de Aurora y Fernando, “Escúchame” con influencias aflamencadas, que llega a su climax con “Escucha mi bien” y su respuesta “Me gustas mujer”. 12. Escena “Fui demasiado vehemente” y concertante, que, en la parte de Fernando, dice “Ay Madrid del alma”. 13. Escena “Los que quieran patatas y vino añejo”.
Acto III: 14. Coro de románticos “donde va la alegría”, forma parte de la cúspide musical de esta obra y, a mi entender, de todo el género de la Zarzuela . 15. Escena que comienza con aire de seguidilla “Aurorilla la Beltrana ¿no quiere cantar?”, sigue con un bolero o canción del Marabú “A un jilguero esperaba mi jaula de oro” y termina con un fandango instrumental. 16. Dúo algo acaramelado de Francisquita y Fernando contentando al padre de éste y 17. Repetición del coro “Canto alegre da la juventud”.