Sin abandonar del todo el siglo XX, vamos a recordar (se cumplen 150 años desde su nacimiento) al inglés Edward Elgar, compositor que, aunque nacido en el siglo XIX, escribió gran parte de sus obras a comienzos del siglo XX.
Primer compositor británico moderno cuyas obras corales y orquestales adquirieron fama internacional y una de las principales figuras de la última etapa del movimiento romántico en Europa. Elgar nació el 2 de junio de 1857 cerca de Worcester. En su juventud desempeñó varios cargos relacionados con la música antes de suceder a su padre como organista de la St. Georges Roman Catholic Church, Worcester, en 1885. En 1889 se casó y renunció a su cargo para dedicarse por entero a la composición. Vivió temporadas en Londres y en una localidad cercana a Worcester. El estreno de su obertura Froissart en 1890, le otorgó popularidad, aunque no se reconoció su gran talento hasta 1899, año en que el director húngaro Hans Richter interpretó en Londres Variations on an Original Theme. Esta composición, conocida como Variaciones enigma, ya que el tema central nunca se expone con claridad, es una de sus obras más conocidas y admiradas.
El sueño de Geroncio (1900), basada en un poema de John Henry Newman, se considera la obra maestra de Elgar y lo consagró como compositor. Sus composiciones son un ejemplo del último periodo romántico y muestran la influencia de Richard Wagner y Johannes Brahms. Se caracterizan por su belleza lírica y su forma peculiar. Compuso las cantatas The Black Knight (1893) y Caractacus (1898), los oratorios The Apostles (1903) y The Kingdom (1906), un concierto para violín en si menor, opus 61 (1910), un concierto para violonchelo en mi menor opus 85 (1919, que se ha convertido durante los últimos años en su obra más famosa) y 5 marchas populares tituladas Pompa y circunstancia (1901-1907, 1930). Entre su producción orquestal destaca la obertura Cockaigne (1902), el estudio sinfónico Falstaff (1913) y dos sinfonías, en la bemol mayor (1908, con la que su prestigio se hizo internacional) y en mi bemol mayor (1911). Murió un 23 de febrero de 1934, en Worcester, cuando trabajaba en su sinfonía nº 3 y en la ópera The Spanish Lady.
(El poder de la palabra)
He escogido las siguientes obras orquestales: